quarta-feira, 11 de fevereiro de 2009

SUPERAR A CRISE COM UMA NOVA ESQUERDA?


Caros
Aí vai em anexo uma entrevista com o ministro dos Assuntos Estratégicos do Brasil, que apanhei no El País ontem e digitalizei e preparei para vos enviar. A frase destacada em título retrata mal a entrevista, a qual está muito mais centrada sobre as esquerdas, a crise e as respostas do que na comparação Brasil - EUA (embora seja muito interessante nesse ponto).
Saudações amigas

Cláudio Teixeira

SOLEDAD GALLEGO DIAZ / JUAN ARIAS - Brasilia - 09/02/2009 (Extracto da entrevista)

Roberto Mangabeira Unger (Rio de Janeiro, 1947) es un ministro atípico. Primero por su propia biografia: es catedrático en la facultad de leyes de Harvard (ocup6 e1 cargo a los 29 anos, el más joven que ha tenido nunca ese centro universitario y fue profesor del actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama), ha escrito numerosos libros sobre política y construcción social y está considerado como uno de los teóricos más bri11antes, y polémicos, en el ámbito del pensamiento social contemporáneo (sus trabajos están disponibles en http://www.robertounger.net./ Es autor de un corto, y muy polémico, ensayo sobre "España y su futuro", que escribió antes de ser ministro, que supone una crítica muy directa a los sucesivos gobernantes que ha tenido la democracia española y que podría resumirse en una línea: España es hoy un país sin proyecto, incapaz de aprovechar su potencial.
Implicado desde hace años en la política cotidiana de su país, Mangabeira, que se considera de izquierda, fue un crítico muy duro del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien, sin embargo, le llamó un día, en su segundo mandato, para ofrecerle una cartera que sería insólita en cualquier otro país que no fuera Brasil: ministro de Asuntos Estratégicos. Desde Brasilia, donde recibe a EI País, Mangabeira analiza las grandes líneas de la vida política social y económica de Brasil y las grandes corrientes internacionales, pero eso no le parece suficiente. "El presidente Lula me propuso que ayudara a formular un modelo conceptual sobre el futuro de Brasil, pero para hacer eso no necesito estar en Brasilia.

Para escribir panfletos podría continuar en Harvard. Lo que intento es definir iniciativas concretas que encarnen o anticipen ese cambio institucional del país. Escoger iniciativas en políticas públicas sectoriales, educación, trabajo, política agrícola o industrial, que tengan efecto práctico inmediato pero que también prefiguren el cambio de rumbo que necesita el país".
En medio de la formidable crisis económica y financiera actual, sus propuestas, no solo para Brasil, sino para la comunidad internacional en su conjunto, adquieren cada día mayor relevancia y son objeto de mayor debate. Uno de sus últimos libros se titula “ Qué debería proponer la izquierda?”

Pregunta: Qué debería proponer hoy la izquierda en todo el mundo?

Respuesta: Básicamente hay tres izquierdas en e1 mundo. Hay una vendida, que acepta e1 mercado y la globalización en sus formas actuales y que quiere simplemente humanizarlas por medio de políticas sociales. Para esa izquierda, solo se trata de humanizar lo inevitable. Su programa es el programa de sus adversarios, con un descuento social y una renta moral y narcisista. Hay otra izquierda , recalcitrante, que quiere desacelerar el progreso de los mercados y la globalización, en defensa de su base histórica tradicional (los trabajadores sindicados de grandes empresas industriales). Y hay una tercera izquierda, la que me interesa, que quiere reconstruir el mercado y reorientar la globalización con un conjunto de innovaciones institucionales. Para esa izquierda, lo primero es democratizar la economía de mercado, lo segundo capacitar al pueblo y lo tercero, profundizar la democracia. Yo entiendo ese proyecto como una propuesta de la izquierda para la izquierda. Diría, con un lenguaje provocativo y algo teológico, que la ambición de esa izquierda no es .humanizar la sociedad, sino divinizar la humanidad. El objetivo es elevar la vida común de las
personas comunes al plano más alto. Y todo lo que se hace en materia de lucha contra la desigualdad es
accesorio a esto. Rousseau dice en algún lugar: ellos no consiguieron ser hombres; entonces,
decidieron ser ricos. Nosotros, la izquierda, no queremos eso, queremos que sean hombres.

P. Como analiza hoy día la crisis económica internacional?

R. Yo diría que hace mucho tiempo que el mundo está sometido al yugo de una dictadura de
falta de alternativas y que, en general, en la historia moderna, contrariamente a lo que
pensaron muchos de los grandes te6ricos sociales, los cambios fueron forzados por las guerras
y los colapsos económicos.
El trauma fue el requisito de la transformación. Hoy hay una gran pobreza de ideas sobre las
alternativas en el mundo. Las ideas que orientaron la izquierda históricamente, como el
marxismo, están fallidas y la respuesta a la crisis financiera internacional revela de una forma
muy dramática las consecuencias de esa pobreza de ideas. No hay nada que no sea una
versión momificada del keynesianismo vulgar, es la única luz en esta obscuridad. Hasta ahora,
el debate ha estado casi enteramente dominado por dos temas superficiales: el imperativo de
regular los mercados financieros y la necesidad de adoptar políticas fiscales y monetarias
expansionistas. Son ideas muy por debajo del nivel, de la dimensión del problema. Los líderes
de las veinte economías más importantes del mundo se reúnen en Washington y no tienen nada
que decir. La verdad es que los poderosos aborrecen a las ideas; cuando ellos llegan, las ideas se van.

P. De que habría que debatir entonces?

R. Hay tres temas suprimidos en el debate, mucho más importantes que esos dos temas superficiales. Todo lo que se puede hacer, y se debe hacer, en materia de regulación de los mercados financieros y de expansionismo fiscal y monetario depende, para su eficacia, del enfrentamiento de esos temas subyacentes más importantes. Son tres. Primero, la necesidad de superar los desequilibrios en la economía mundial entre los países con superávit en comercio y ahorro, empezando por China, y los países deficitarios en comercio y ahorro, comenzando por EEUU. El motor del crecimiento mundial, en los últimos anos, fue el acuerdo implícito entre esos dos elementos. Ese motor se ha roto y vamos a tener que conseguir otro. Eso exigirá grandes cambios en EEUU, en China y la organización de la economía mundial.
P. No se trata de regular, sino de reorganizar?

R. Efectivamente. Vamos al segundo punto: la necesidad de que la regulación de los mercados financieros sea parte de una tarea mayor, que es reorganizar la relación entre el sistema financiero y
la producción. Reorganizar específicamente el vínculo entre finanzas y producción. De la forma en que se organizan hoy las economías de mercado, el sistema productivo está básicamente autofinanciado. Cuál es entonces el propósito de todo el dinero que está en los bancos y en las bolsas de valores? Te6ricamente sirve para financiar la producción, pero en realidad el solo va oblicuamente a ese cometido. Eso no tiene que ser así y eso es el resultado de las instituciones existentes. En este sistema, las finanzas son relativamente indiferentes a la producción en tiempos de bonanza y son una amenaza destructiva cuando surge una crisis como esta. Es decir, son indiferentes para el bien y eficaces para el mal.
P. Y el debate sobre la distribución de la riqueza?

R. Ese es el tercer punto del que hablaba. El vínculo entre recuperación y redistribución. Todos admiramos la construcción en la segunda mitad del s. XX en EEUU de un mercado de consumo en masa. En principio, la construcción de ese tipo de mercado exige la democratización del poder adquisitivo y, por lo tanto, redistribución de la renta y de la riqueza, pero eso no sucedió en EEUU. Ocurrió lo contrario, hubo una violenta concentración de la renta y de la riqueza. Cómo entonces consiguieron los norteamericanos la construcción de un mercado de consumo en masa? Parte de la respuesta está en lo que sucedió con la supervalorización inmobiliaria ficticia.
Ha habido una falsa democratización del crédito, una democratización postiza, precaria del crédito, que hizo las veces de la democratización de redistribución la renta y de la riqueza; que no hubo. Y ahora que ese sistema está destruido, es necesario crear una nueva base para el mercado. Es necesario insistir en cambios más profundos. Lo que yo le digo a mis ciudadanos es que yo quiero una dinámica de rebeldía; pero la rebeldía es una condición necesaria, pero no suficiente. Necesita una aliada que es la imaginación, la imaginación institucional. ...

Sem comentários: